Me niego rotundamente,

a negar mi voz, mi sangre y mi piel,

y me niego a dejar de ser yo,

a dejar de sentirme bien

cuando miro mi rostro en el espejo,

con mi boca rotundamente grande

y mi nariz rotundamente hermosa,

y mis dientes rotundamente blancos

y mi piel valientemente negra,

y me niego categóricamente a

dejar de hablar mi lengua,

mi acento y mi historia,

y me niego absolutamente

a ser de los que callan,

de los que temen,

de los que lloran

porque me acepto,

rotundamente libre,

rotundamente negra,

rotundamente hermosa.

Shirley Campbell Barr

Poetisa Costarricense e integrante de la Red de Mujeres Afrocaribeñas, Afrolatinoamericanas y de la Diáspora

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